Y es que pertenecemos a una gran maquinaria productiva donde nuestros cuerpos deben disciplinarse en velocidad, comportamientos y posturas, donde no podemos tocar un determinado lugar, ni pisar el pasto de la los parques, todas restricciones que hacen cumplir con el orden establecido, orden que hoy estipula incluso los eventos marginales y violentos que vayan a acontecer en la ciudad, donde no es que se admitan más cosas, sino que todo se legaliza y se norma. Natalia Jorquera,Arquitecto